"Desistir de ser Reina por matoneo me hubiese convertido en mediocre": Marcela
La Reina del Carnaval hizo un balance de lo que fue su gestión y espera quedar en el corazón de todos los carnavaleros.
En el hogar de Marcela parece como si el Carnaval de Barranquilla se hubiese detenido en el tiempo. La casa blanca, de amplios ventanales y muebles claros, está cargada de infinidad de muñecas cumbiamberas y ‘mini Marcelas’ luciendo sus trajes más característicos. Además, no puede faltar la negrita Puloy, las cayenas y el torito carnavalero.
“¿Cuál es el afán de que quite todo lo de Carnaval? ¡si aquí estamos de fiesta las 24 horas del día! Yo soy hija de una Reina y de un mamador de gallo profesional, así que esta fiesta está en mis genes, es inevitable”, recalca la joven que a las 11:59 de la noche del martes 9 de febrero dejó de lado sus títulos de soberana, reina, anfitriona y pasó a ser, simplemente, Marcela: la ‘Marce’ consentida de sus padres, la hermana loca, la periodista entregada a su profesión y la mejor amiga.
“Me acosté llorando y me levanté llorando. Si pudiera repetir esta experiencia nuevamente lo haría. Puede sonar a frase de cajón pero definitivamente esta es una de las experiencias más hermosas por las que atraviesan las afortunadas que logran el título de Reinas del Carnaval de Barranquilla”, agregó.
El ‘inventario’ físico
Con pequeñas laceraciones en los costados de su cuerpo, dolores en las piernas, varios morados -uno ni se acuerda dónde ni cómo se lo hizo-, Marcela se despojó de su álter ego que desde finales de julio se robó el corazón de toda Barranquilla.
“Perdí cinco kilos, cosa que me tiene contenta y en ocasiones no me podía explicar de dónde salía tanta energía, pero todo era por mi pueblo y por este compromiso tan maravilloso que adquirí”, resaltó la joven de 24 años de edad.
Vestida de blanco, con solo una capa de base en la cara, cabello suelto y sentada en la sala de su casa, la comunicadora social y periodista atendió a Zona Cero y, en medio de una conversación reflexiva y alegre, Marcela fue ella misma.
¿Qué se lleva del Carnaval de Barranquilla?
¡Me llevo todo! La comprensión y cariño de todo un pueblo que convirtió esta fiesta en una sola gozadera. Me quedo con el cariño de un Rey Momo fantástico como fue Lisandro Polo, quien más que un rey fue un compañero de batalla que adoro y adoraré con todas mis fuerzas. También me llevo una fiesta que me hizo crecer como persona, mujer, barranquillera y amante de esta tradición. Te juro que, si pudiera, pediría un mes más de Carnaval para seguir disfrutando de esta hermosa fiesta.
El tiempo estuvo en su contra, ya que fue un Carnaval corto. ¿Alcanzó a hacer lo que había planeado?
Sabes que esa es una de las cosas que más me tiene feliz, que pude lograr todo lo que planeé. Desde julio que comenzamos esto yo me propuse lograr un Carnaval inolvidable y empezamos las esquinas de la gozadera. Visité más de 50 barrios y sentir todo ese apoyo, cariño y devoción de la gente. Además, logré darle vida a Macondo, un pueblo que no quiero que quede en el olvido y el que se convirtió en mi obsesión. A las Reinas nos miden por la Lectura del Bando y la Noche de Coronación y gracias a Dios esos dos eventos salieron perfectos. Todo esto se pudo gracias a un equipo maravilloso que siempre me acompañó y procuró que todo estuviera a tiempo. Carnaval S.A. fue magnífico conmigo, mi gran aliado y sin ellos no hubiese podido.
Hablando de su coronación, usted pasó a la historia con un espectáculo muy macondiano
¡Si! Desde que inicié mi reinado quise rendir tributo a esa historia que nos regaló el Nobel de Literatura (Gabriel García Márquez). Para mi coronación me reuní con Marlio Cortés, Rossana Lignarolo, Mónica Lindo y les expliqué lo que quería. Yo hice mi libreto y en esos 50 minutos destaqué las partes más importante de Macondo, un pueblo que me niego a que quede en el olvido y muera por la soledad y la violencia. Además, todo mi vestido fue en tributo a las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia y tengo que agradecer a Alfredo Barraza quien hizo mi sueño realidad.
Los ‘looks’ de una Reina
A propósito de sus vestuarios, fue pionera en darle un vuelco a lo que significa ser Reina del Carnaval con sus polleras y disfraces. ¿Esa fue la intención desde un principio?
Pienso que demostré que no se necesita tener un ajuar tan grande para ser una Reina. Desde un principio yo sabía lo que quería y era impresionar, destacar y quedar en el corazón. Con ‘Loca de remate’, el disfraz que usé para la Noche de Guacherna no solo salí diferente, sino que rendí tributo a Ninfa Barrios, una loca que cuando yo veía de niña me daba miedo. Yo quería que las generaciones que no alcanzaron a ver ese disfraz supieran quién era ella y la excelente persona que es. Una mujer que decidió cumplir una promesa y guardar a esa loca que solo queda en sus pensamiento.
Con mi vestido de novia para el 'Joselito se va con las cenizas' también fue lo mismo. Yo no quería salir de negro. Para mí el Carnaval son colores, música y fiesta y sentí que lo mejor fue salir personificada como una novia plantada.
Otro de su vestuario aplaudido fue ‘El vuelo del pavo real’
Mi vestido de coronación pasó a la historia. Todo el mundo habla es del bendito pavo real. Reconozco que en el desfile de fantasía hice un bache pero era porque la gente quería ver cómo alzaba el vuelo el pavo real y tenía que complacer a mis seguidores. En las redes decían que había matado como 20 pavos reales, pero no, todo era sintético.
Lisandro Polo, su 'llave' carnavalera
Lisandro Polo, se nota la buena química que hizo con él
¡Lisandro es un amor! Es una excelente persona… Todas las reinas se llevan bien con sus reyes momos pero Lisandro fue un magnífico compañero, recochero, comprensivo e incondicional. Me acuerdo que estábamos juntos pensando quién iba a ser mi Joselito y en eso me dice que si él fue mi Rey por qué le iba a llorar a otro hombre, así que quedó él como mi José. Me acuerdo que estaba tan metida en mi papel que cuando le pegaba con el ramo de flores a él le maltrataban las perlitas, pero no me decía nada. Hubo un momento en el que no soportó más y me dijo que suave, que las pepitas lo maltrataba. Ahí las quitamos y continuamos, él en su camilla y yo encima gritando como novia loca, rabiosa y escandalosa.
Fue de las Reinas que acompañó a sus Rey a sus eventos oficiales.
Mira, yo de los eventos de Carnaval el que recomiendo a ojo cerrado es la Noche de Tambó. Había ido antes de ser reina y soy la segunda soberana en toda la historia en acompañarlo y te puedo decir que es una noche divina, llena de alegría, sana y dedicada al folclor.
El matoneo no la intimidó
Despertar una mañana con una ola de críticas acerca de su baile y forma de expresión debe ser duro
No te lo niego, fue muy duro ver los mensajes y más porque soy de esas mujeres que está muy pendiente de sus redes sociales. No te puedo decir que no me sentí insegura porque en realidad fueron comentarios muy hirientes, pero eso me demostró que el barranquillero quiere su fiesta y además gané un punto a favor porque puse el Carnaval en la mira nacional. Todos estamos acostumbrados a ciertos parámetros y cuando llega una persona diferente no aceptamos el cambio o nos da duro. Eso fue lo que pasó conmigo. Yo lo dije desde un principio, quiero una fiesta nunca antes vista, como yo, única y lo logré. De eso no me arrepiento. La gente piensa que las Reinas del Carnaval somos brutas, pero no, me propuse también cambiar ese pensamiento.
¿En algún momento pensó en desistir?
¡Jamás! Desistir de ser Reina por matoneo me hubiese convertido mediocre. Preferí tomar lo positivo y demostrar de lo que verdaderamente estaba hecha. En esta etapa conté con el apoyo de mis padres y mi equipo que me direccionó y juntos pudimos superar ese bache. Creo que cuando llegó la Lectura del Bando y la Noche de Coronación, todas las personas que me criticaron se dieron cuenta de que no estaban en lo cierto, solo les faltó conocerme más y de ahí en adelante me gané el cariño del público. Ya no era la reina con cara de cachaca, o la de los pasos extraños, pasé a ser Marcela.
¿Qué le dice a quienes una vez la criticaron?
Muchas gracias porque me hicieron una mujer fuerte y logré un Carnaval de ensueño.
“Oficialmente una desempleada más”
¿Marcela ahora que acabó todo tiene propuestas laborales?
Oficialmente soy una desempleada más (risas). Voy a tomar un tiempo para descansar. Quiero ir a Cartagena un rato y luego retomar con los compromisos adquiridos en post-Carnaval. Pero si me preguntas, definitivamente quiero quedarme en el periodismo. No sé si en la prensa, televisión o radio. Por ahora seguiré escribiendo en mi blog y en mi sitio web.
Por último… ¿Cómo quiere que la recuerde Barranquilla?
Simplemente como Marcela… Cuando la gente te empieza a llamar por tu nombre, quiere decir que lograste entrar a su corazón.